Proceso de gestión

Objetivos

El objetivo número uno es conservar el capital, sobre todo en las fases de crisis que regularmente azotan los mercados. Los capitales que crecen a largo plazo son aquellos que saben protegerse en las grandes crisis y preservan el capital cuando los demás están en caída libre; esa posición defensiva que prima la liquidez es la que nos permite seguir creciendo en las fases posteriores de mayor o menor crecimiento.

Con este objetivo número uno siempre en mente, trabajamos para capturar la rentabilidad que ofrecen los mercados a largo plazo, especialmente los mercados de renta variable, que son los más rentables con el paso del tiempo.

Metodología de análisis

Realizamos un seguimiento de los mercados a corto, medio y largo plazo; sobre una base metodológica multidisciplinar que incluye elementos de Análisis Técnico, de Análisis Fundamental (tanto de empresas como de sectores y zonas geográficas), de Análisis Macroeconómico, y de Análisis del Sentimiento.

Nuestro enfoque es técnico-científico, pero también filosófico-humanista, porque la ciencia sin filosofía puede llegar a ser mucho más peligrosa que la ausencia de ciencia. Esto significa que asumimos la llamada “ineficiencia de los mercados” como fuente de oportunidades, y dicho más llanamente, buscamos aplicar el sentido común, sobre todo cuando los mercados parecen haberlo perdido y se vuelven locos (tanto al alza como a la baja).

Horizonte de inversión

Nuestro enfoque es de largo plazo, porque ahí es donde los mercados terminan entrando en fases de euforia y de pánico sin control, ofreciendo grandes oportunidades. El largo plazo es la fuente de grandes beneficios para los inversores pacientes, entendiendo por “paciencia” no solo el tener que esperar para recoger los beneficios, sino también el saber esperar sin prisas a que surjan esas oportunidades.

Trabajar bajo la perspectiva del largo plazo es imprescindible, pero eso no significa que no se tomen decisiones de corto plazo, y que no se monitoricen los mercados a diario. Nuestro proceso inversor consiste en observar y recabar información poco a poco, a diario, para después analizarla, procesarla, y transformarla en “outputs” con una frecuencia muy variable. Hay fases en las que se tienen que tomar muchas decisiones, y otras en las que hay que estar parado. La clave es no perder de vista el largo plazo, es decir, el “hacia dónde vamos”.

Universo de activos y herramientas de inversión

Nuestro universo de activos de trabajo es abierto: podemos invertir en renta variable (bolsa), en renta fija (bonos y obligaciones), en divisas y en materias primas, dependiendo de dónde detectemos la oportunidad más interesante. No nos cerramos puertas, aunque el mercado central es la renta variable, principalmente americana y europea.

Como herramientas de inversión usamos acciones, fondos y ETFs, derivados, etc, poniendo especial hincapié en las Opciones como magnífica herramienta de control del riesgo y de generación de extras de rentabilidad.

Diversificación

Usamos una diversificación equilibrada, que es aquella que nos aporta una significativa reducción del riesgo, sin diluir en exceso la rentabilidad potencial. Gran parte de esta diversificación se obtiene a través de la inversión en grandes índices, reduciendo así una parte importante de los factores de riesgo.